lunes, 24 de noviembre de 2025

El sabor del otoño en Gran Canaria es la Castaña

El otoño en la isla se siente y se saborea en sus medianías. La época de castañas está en pleno apogeo, marcando una tradición ancestral

El calendario en Gran Canaria no solo se marca por el clima, sino también por el sabor de sus tradiciones. Con la llegada del otoño, entre mediados de octubre y principios de diciembre, la isla se rinde al encanto de la castaña, un fruto que vertebra la cultura, la gastronomía y el paisaje de sus cumbres y medianías.

A diferencia de otras especies, el castaño (Castanea sativa) no es nativo de Canarias, sino que fue introducido en el siglo XVI. Hoy, esta especie se ha arraigado profundamente, tanto que se estima que existen entre 76.000 y 80.000 ejemplares en la isla, muchos de ellos centenarios, conformando un valioso patrimonio forestal y cultural.

Los principales núcleos de producción se concentran en las zonas altas y húmedas, siendo los municipios de Teror, Valleseco, San Mateo, Firgas y Artenara los guardianes de esta tradición. Aquí, los castañares no solo ofrecen el preciado fruto, sino que transforman el paisaje en un manto de ocres y amarillos típicamente otoñal.

La castaña es la indiscutible protagonista de la cocina popular durante esta época, especialmente en la fiesta de Los Finaos (la víspera de Todos los Santos).

La forma más icónica de consumirla es la castaña asada. El aroma característico que emana de los braseros y sartenes perforadas es un anuncio infalible de que la temporada ha llegado. A menudo se acompaña con anís o con un buen vaso de vino dulce, creando un maridaje tradicional y reconfortante.

La recolección de la castaña se convierte en una excusa perfecta para el senderismo y el contacto con la naturaleza. Lugares emblemáticos como la Finca de Osorio (Teror) ofrecen vistas espectaculares de estos bosques. O también la conocida como ruta de las castañas en Valsendero que sumerge al visitante en una experiencia natural única.

No obstante, es crucial recordar que la mayoría de los castañares son de propiedad privada, por lo que la recolección debe realizarse siempre con respeto y, en su caso, con el permiso de los dueños.

Finalmente, la relevancia del fruto ha dado lugar a festivales específicos. Localidades como Valleseco o la propia Teror organizan sus propias Fiestas de la Castaña, eventos que celebran la cosecha con mercados, degustaciones y actos que perpetúan la cultura popular canaria.

La castaña de Gran Canaria es, en definitiva, un sabor estacional que enlaza la historia de la isla con sus tradiciones más entrañables, invitando a residentes y visitantes a experimentar un otoño diferente, marcado por el humo y el calor de las brasas.

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