viernes, 16 de febrero de 2024

La alfarería en Gran Canaria

La alfarería en Gran Canaria es una tradición milenaria que se remonta a los primeros pobladores de la isla. Los aborígenes canarios elaboraban vasijas de barro a mano, sin torno, utilizando la técnica del urdido. Esta técnica consiste en ir superponiendo rollos de barro hasta dar forma a la vasija.

La loza es el tipo de cerámica más tradicional de Gran Canaria. Se caracteriza por ser una cerámica porosa, de color rojizo o anaranjado, y decorada con motivos geométricos simples. La loza se elaboraba con barro volcánico, que es un material muy abundante en la isla.

Tradicionalmente, la alfarería se concentraba en pequeños núcleos rurales conocidos como centros alfareros. Algunos de los centros alfareros más conocidos en la isla de Gran Canaria eran los de Lugarejos (Artenara), La Atalaya (Santa Brígida), Hoya de Pineda (Guía), Tunte (San Bartolomé de Tirajana) y Moya.

En la actualidad, la alfarería en Gran Canaria sigue viva gracias al trabajo de un grupo de artesanos que se esfuerzan por mantener viva esta tradición. Estos artesanos elaboran piezas de loza siguiendo las técnicas tradicionales, utilizando los mismos materiales y herramientas que sus ancestros.

En Gran Canaria hay varios alfares donde se puede aprender sobre la alfarería tradicional y comprar piezas de loza. Algunos de los alfares más conocidos son:

Alfar de Lugarejos (Artenara)

Alfar de La Atalaya (Santa Brígida)

Alfar de Hoya de Pineda (Guía)

Museo de la Alfarería (Tunte, San Bartolomé de Tirajana)

Colección: Antiguos oficios

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